lunes, 21 de julio de 2014

VII- DEPORTE Y RECREACIÓN

1. El Callao cuna del Fútbol
2. Perfil de Miranda
3. Parque Juvenañ Herrera


Perfil de Miranda
En 1966 se da a conocer y trasciende nacionalmente por no estar catalogado que un cuadro del inmortal Francisco de Miranda, pintado por el artista venezolano Arturo Michelena, se encuentra en la humilde sede de la Junta Comunal de El Callao.
            Desde hacía 72 años se hallaba allí esa obra y fue donada por una familia francesa agradecida del pueblo de la minería aurífera.  En el lienzo, dentro de un lujoso marco, ángulo inferior derecho, la firma de: Arturo Michelena – Caracas 1896”.
            Al principio, ninguna persona de la Junta Comunal supo informar de la procedencia de este lienzo del perfil de Miranda logrado por uno de los artistas  famosos de Venezuela.  Pero luego supimos de la existencia de Sebastián Enmanuelli Casanova, un francés septuagenario llegado a la tierra del oro a la  edad de 21 años para trabajar en la Mocupia, compañía francesa que explotó importantes  vetas auríferas hasta su agotamiento.
            Enmanuelli dijo sin titubeos que el cuadro de Miranda en poder de la Junta Comunal de El Callao es un Michelena legítimo”. Pero subió de color cuando lo dijo porque recordó que el mismo estuvo perdido por un tiempo, en manos de un alto funcionario del gobierno perezjimenista que lo sacó de aquí “no sabemos con qué fin”.  El cuadro volvió a su lugar después de la caída de la dictadura.
            A principios de siglo, los Casanova, agradecidos de la tierra venezolana, quisieron hacer una donación de algo espiritualmente valioso y, nada mejor que un cuadro del Generalísimo Francisco de Miranda, cuyo nombre figura en el Arco de Triunfo de Paris como héroe de la Revolución francesa.
            Juan Antonio y Pedro María Casanova, tío de Enmanuelli, fueron los donantes, instalados en El Callao, atraídos por el auge del oro en 1873.  La donación de la obra la hicieron a las autoridades comunales en el curso de un banquete organizado al efecto.  Costó diez mil bolívares, pagados a Michelena dos años antes de su muerte.
            El lienzo pictórico de El Callao configurando el perfil del generalísimo Francisco de Miranda, obra del pintor valenciano Arturo Michelena, parecía un secreto bien guardado.
            Diríamos que desde 1979 lo dio a conocer al mundo venezolano la restauradora caraqueña, Lourdes Tosta Zamora, una mujer blanca, delgada, de rasgos bien perfilados, que me tocó acompañar hasta El Callao en el carro del Presidente de la Asamblea Legislativa (David Natera)  manejado por el popular “Chivo Negro”.
            Desde hacía 72 años se hallaba allí el cuadro colgando de uno de los muros internos de la Junta Comunal. Pero hasta 1979 pocos sabían en Guayana y Venezuela que se trataba de un Michelena; es más, no estaba nacionalmente catalogado.  Fue Lourdes Tosta Zamora, técnico en restauración y conservación, quien prácticamente dio a conocer la obra como un auténtico Michelena.    
            La pintura de Michelena requería una rápida intervención, de acuerdo con el examen técnico practicado, pero el pueblo de El Callao se opuso a que sacaran la obra fuera, debido a que le costó  recuperarla cuando alguien que quería estar bien con el general Marcos Pérez Jiménez se la donó a nombre de la comunidad.  Cuando cayó el dictador, el colega Juvenal Herrera y la Negra Isidora se movilizaron hasta Caracas y recuperaron el cuadro.
            Para la fecha, la obra estaba en la Junta Comunal, cubierta de polvo, con traumas mecánicos, alteraciones de tipo biológico y otros defectos derivados del trajín y la inclemencia del tiempo. El marco de una gran ebanistería, dorado con hojillas de oro, fondo poroso y hojas de laurel, también se veía afectado.

Parque Juvenal Herrera
El 17 de julio de 1974,  los habitantes de El Callao, agradecidos de Juvenal Herrera, por su extraordinaria consecuencia con la patria chica, erigieron un Parque, cercado con vistosas piedras de cuarzo y lo bautizaron con su nombre.
            El Parque cuenta con una hilera de frondosos árboles y es lugar de recreación y recogimiento de grandes y chicos.  Un bello gesto, un hermoso homenaje en vida a quien tendría irremisiblemente que morir como todos algún día que en su caso ocurrió al iniciarse el Carnaval de El Callao en febrero de 1991 del que nunca se perdía un solo día.
            Nació y murió en El Callao donde también quedó enterrado su ombligo, pero lo inhumaron en el Cementerio de los alemanes en Ciudad Bolívar porque su esposa Nora Wulf, quien fue Reina de la III Feria Agropecuaria, descendía de germanos.  El sepelio estuvo encabezado por Leopoldo Sucre Figarella hasta que le vertieron la última palada de tierra porque los dos eran como uña y carne desde su época de estudiantes en el Fermín Toro de Caracas, ciudad donde se quedó haciendo vida de periodista y finalmente de publicista y, cineasta junto con Manuel de Pedro en su empresa de Cochano Film que ya tenía quince años rodando por Venezuela.
            Con Cochano Film, editó “El extranjero que danza”, “Trampas”, “Buscadores de diamantes”, “Caroní”, “Ritmos”, “Cruz Diez”, “El artes constructivo”,  “Gómez y su época”, “La iniciación de un Chamán”, filmes con los cuales ganó ocho premios en 1987 en el Festival de Cine de Mérida.
Pero la gran pasión de Juvenal fue El Callao y su inquietud porque                                   el oro no tenga el destino de otras materias primas que se van de Venezuela cantando la canción del que no vuelve como alguna vez dijo Miguel Otero Silva refiriéndose al hierro de Guayana.  Miguel Otero su amigo del alma y quien una vez le gastó su humor con  seis cuartetos que comenzaban con esta estrofa: “Llegó de Etiqueta Negra / Montando en Caballo Blanco / con un ratón de Tres Filos / y de Chivas ataviado /. Juvenal Herrera (en la foto), fallecido durante los carnavales de El Callao, 10 de febrero de 1991, me regaló trece días antes de su muerte, el último libro de Arturo Uslar Pietri, “La visita en el tiempo” con la dedicatoria “Para Américo Fernández, el piache de Coche, con el afecto de Juvenal Herrera, Enero 1991”.
No sé por qué siempre me imaginé fue éste un obsequio de despedida en la ocasión premonitoria de su viaje hacia la ultimidad, tanto por lo que le aconteció inmediatamente después como por el título sugerente del libro.
Casualmente, también el autor de la obra murió en febrero y en tiempo de carnaval.  “La visita en el tiempo” fue ganadora en 1990 del Premio Príncipe de Asturias que anualmente y desde 1981 entrega Su Alteza Real, en un solemne acto académico que se celebra en Oviedo, capital del Principado de Asturias para contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal.
Esta obra de Uslar Pietri es la historia novelada, de Don Juan de Austria, quien en una empresa casi sobrenatural derrota el invencible poderío turco en la batalla naval de Lepanto, donde, por cierto, resultó manco Cervantes, autor de Don Quijote de la Mancha, la obra más genial y vendida del mundo.
La promesa de este libro me la hizo sentados los dos en la puerta de la Sastrería de su amigo Víctor Inojosa en la tradicional despedida del año.  Fuimos los último en abandonar la recepción.



El fútbol llegó primero a El Callao
16 de julio de 1876. Ingleses trabajadores de las ricas minas auríferas de Caratal (El Callao) jugaron el primer partido de fútbol que se cree es el primero de Guayana y Venezuela como también fueron ingleses e irlandeses quienes introdujeron en Angostura las carreras de caballo (29 de abril de 1819) y no extraña que sean británicos porque ambos deportes tienen su partida de nacimiento fechada en esa nación anglosajona.
            La inmigración de ingleses y corsos atraída por la fiebre del oro de la segunda mitad del siglo diecinueve, dio pábulo al primer juego de fútbol en El Callao del que nunca se supo el resultado de la alineación, sólo que el maestro galés William Simpson, había sido el promotor.
            Este legado nacional ha sido refrendado con una resolución de la Federación Nacional de Fútbol entregada al Alcalde del Municipio El Callao, Coromoto Lugo,  por su directivo Laureano González en acto celebrado el 16 de julio de 2006, para celebrar los 130 años de la iniciación de este deporte en Venezuela.  Siendo así, el Fútbol, deporte que hoy acapara la atención de todos los aficionados del mundo, apareció primero en Venezuela que en Brasil, titulado campeón mundial en cuatro ocasiones.
            A Ciudad Bolívar, el Fútbol llegó en 1921 con el Angostura Football Club. Este Club que contaba con treinta miembros, estaba presidido por Paúl Acquatella, acompañado en la Vicepresidencia por J. Phelan. Presidente Honorario: general Vicencio Pérez Soto, quien para entonces era el Presidente del Estado Bolívar.
             El domingo 27 de noviembre de ese año1921, a las 4:30 de la tarde y en los terrenos del Hipódromo del Jockey Club se dio en la ciudad el primer juego de football, entre los equipos Rojos, capitaneado por J. Phelan y Azules, capitaneado por P. Acquatella. El juego se decidió a favor de los Azules 1-0.



           


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